Costa de Araujo figura entre los 6 primeros distritos del departamento de Lavalle, dato testimoniado en documento del año 1887. Los fundadores del pueblo fueron las familias Araujo y Avena. El nombre “Costa de Araujo” alude a que la villa se emplazó sobre la costa del río, sobre propiedades de la familia Araujo. Las familias más antiguas de los Araujo vivieron en La Bajada. Los Araujo eran propietarios de todas las tierras desde La Bajada hasta el puente del río; toda la costa del río era propiedad de esta familia, la cual tuvo varias ramas. En tal sentido inicialmente el distrito se denominó “Costa de los Araujos” y a su pueblo se lo definió como “pueblo ribereño”.

Desde su creación como pueblo contó con su plaza, capilla, farmacia, centro de salud, escuela, estación ferroviaria, correo, almacenes de ramos generales, tiendas, cine (Cine Teatro Gardel), pista de baile y bares. Y como parte de su órbita jurisdiccional distrital incluyó en sus inicios a Colonia Estrella y Colonia El Carmen y lo que luego se demarcaría distritalmente como La Bajada y El Plumero.

La plaza central fue creada en el año 1902 sobre un terreno donado por la familia Avena, año en que se anuncia su terminación y cierre con alambrado a la vez que se solicita se remitan plantas de ligustros, moreras y pimientos. En documentación histórica consta que Benigno Solanilla en el año 1910 hizo la donación de una hectárea de terreno de su propiedad para que se construyera el edificio de la escuela. La escuela nacional número 94 como se la llamó fue creada en el año 1918.

En el año 1911 se crea la oficina del registro civil, la cual funcionaba en la casa de Don Leoncio Cubells sobre la calle Urquiza, actual casa de la familia Ojeda. Aquí también se encuentra un galpón de adobe donde funcionó el matadero de vacas.

Por aquellos tiempos el río Mendoza era muy caudaloso; así lo recuerdan los antiguos. El río tenía agua de manera permanente y durante todo el año. Lo mismo los canales. Incluso la toma del río se hacía con lo que se llamaba “pies de gallo” (palos y monte) para contener y desviar el agua.

Costa de Araujo se vio muy afectada por el terremoto del año 1920 puesto que fue lugar del epicentro; este terremoto produjo grietas abiertas en la tierra, numerosos derrumbes de edificios así como personas heridas que necesitaron de auxilios de urgencia, 51 muertos y más de un centenar de heridos de gravedad.

Entre los años 1920 y 1940 la cultura agraria y vitícola fue impulsada por la firma Basso, Tonelier y Cía cuyo administrador fue Marino Yommi. Por los años 1942 el establecimiento contaba con 1500 hectáreas con 600 cultivadas, 130 hectáreas de parrales venecianos y más de 40 de viña común.

Otros representantes de la producción agropecuaria y de la vida política de la época fueron Oreste Gentile,  Pablo Maschke, Juan José Avena y Antonio Alvarado. Don Gentile fue un italiano que adquirió una propiedad de 23 hectáreas de campo y bosque por el año 1915 y desarrolló allí agricultura, ganadería y fruticultura. Don Maschke, viticultor y funcionario organizó una finca con 40 hectáreas cultivadas con viñedos y frutales y se desempeñó como juez de paz del distrito. Juan José Avena fue un viticultor y un fruticultor radicado en el lugar por el año 1900 quien además elaboraba vinos con los frutos de sus viñedos; también se lo describía como “propagandista” puesto que proclamaba al gobierno que cree en el lugar una escuela de artes y oficios para la juventud, que se amplíen los cursos de la escuela hasta sexto grado. Don Antonio Alvarado se dedicó a la producción de viñas, alfalfas, tambos y siembras múltiples además de desempeñar diferentes cargos públicos tales como jefe político, consejal municipal, inspector de canales e inspector de receptorías de rentas.

El propulsor del desarrollo agrícola de Colonia Estrella fue Don Humberto André, quien se radicó en la zona en el año 1931 y emplazó viñedos, alfalfares, frutales y un tambo con 35 vacas. De Colonia El Carmen el impulsor de la producción agrícola fue Don Carlos Legrand quien construyó los primeros pozos surgentes de aquella zona con tanques australianos y quien se dedicó al cultivo de pasto, maíz, lino, cebada y trigo sobre una extensión de 178 hectáreas.

Por los años 1940 la producción agrícola de Costa de Araujo fue muy destacada, reconociéndose la calidad de sus uvas de mesa y para vinificar así como sus frutales tales como peras, melones, damascos, sandías, duraznos, pimientos, papas y tomates. Las dos primeras bodegas importantes fueron las de la familia Avena y la de Amadeo Marañon. Según narra Pedro Sánchez, vecino del lugar, este último fue heredero de los vascos, quienes tenían mucho campo y eran solteros por lo cual le dejaron la herencia a Marañon. Una tercer bodega, levantada mucho después fue la de Varserú. Más adelante, se fundaría la “Cooperativa Vitivinícola Costa de Araujo”, entre cuyos socios fundadores estaban Juan Antonio Giangiulio; Roberto Cipolletta fue presidente durante 10 años. Esta cooperativa finalmente se disolvió.

También por los años 40´se destacan su biblioteca pública y su club social, con reuniones y bailes una vez por mes así como la actividad cooperadora del magisterio de la escuela 94. La primer farmacia y correo de Costa de Araujo fueron instalados por Heriberto Devoto, quien se escribía y era amigo de Juan Domingo Perón. La casona del centro de salud la donó Heriberto Devoto, el farmacéutico que preparaba todo tipo de productos medicinales y a quien se ha homenajeado en la actualidad colocando su nombre al Centro de Jubilados y Pensionados del distrito. 

Se recuerda con mucho afecto al padre Juan Alcuino Stark. Era un cura muy carismático que ayudaba mucho a quienes lo necesitaban. Caminaba muchísimo, hasta se recuerda en una oportunidad se fue caminando hasta Lagunas del Rosario. También se recuerda que él mismo preparaba el vino para la misa. Se lo recuerda como “el cura del pueblo”, como un hombre muy trabajador que recorría casa por casa, que regaba con sus propias manos la finca, que andaba con la zapa al hombro, trabajando siempre para la iglesia. El padre  Stark llegó a Costa de Araujo en el año 1948 y retornó a Alemania en el año 1970. Rosita Thomera y Julia Chalar, vecinas de la villa, preservan numerosas cartas enviadas por él.