EL PARAMILLO
Reseña Histórica
El Paramillo se encuentra dividido en dos zonas: Paramillo I y Paramillo II.
En Paramillo I se ubica la conocida finca Cardozo. En Paramillo II se encuentran en su mayoría familias de procedencia boliviana
El Paramillo I
La finca Cardozo
Aquí reside un conjunto de 12 familias provenientes del norte argentino, del Río tala, en el límite con Bolivia y genealogía quechua.
El primero en arribar a la zona fue Segundo Cardozo, seguido de sus dos hermanos Ramón y Cirilo, en el año 1976. Como finca Cardozo comenzaron a trabajar en el año 1978 en una tierra de 100 hectáreas en litigio a cargo del gobierno sobre la cual actualmente están en tratativas para la obtención del título de tierra comunitaria. Del total de las 100 hectáreas trabajan 20 hectáreas, entre producción orgánica y semi-orgánica. Hoy residen en la finca 4 generaciones, dado que quienes fueron pioneros son bisabuelos. Estas familias se encuentran nucleadas en la OTRAL (Organización de trabajadores rurales de Lavalle).
Tienen una granja con chanchos, chivos, ovejas, gallinas, caballos, mulas, gansos, patos.
Todos los años realizan en invierno el carneo y producen salsa de tomate casera y huevos caseros.
En la chacra se cultiva ajo, cebolla, zapallo, tomate, choclo, acelga, melón y sandía. La producción se comercializa en las ferias de El Algarrobal y Bombal. Hay un grupo de familias que desarrolla la producción orgánica sin ningún tipo de agroquímicos ni fertilizantes.
Todos los años se conmemora en esta finca dos grandes eventos: el Carnaval norteño (en el mes de febrero) y la fiesta de la Pachamama (en el mes de agosto) en donde se ofrece a la venta comidas típicas (como la empanada salteña y el locro), comparsa y folclore norteño. Durante las fiestas se consumen bebidas y comidas y se baila música nativa norteña. En el caso del carnaval lo central es tirarse espuma, mojarse (para lo cual se preparan tachos de agua), pintarse así como disfrutar de la comparsa. En estas fiestas nunca falta el “juego del sapo” y la comparsa.
En la chacra se cultiva ajo, cebolla, zapallo, tomate, choclo, acelga, melón y sandía. La producción se comercializa en las ferias de El Algarrobal y Bombal. Hay un grupo de familias que desarrolla la producción orgánica sin ningún tipo de agroquímicos ni fertilizantes.
El Paramillo II
El Paramillo II cuenta con escuela primaria (la cual se creó como escuela-hogar), capilla y centro de salud. El terreno para la capilla y la escuela fue donado por la familia Grosso. Sus calles principales son La Holanda y Grosso.
En general alberga fincas grandes cuyos propietarios no residen allí. Entre las fincas más importantes se encuentra la de Carlos Grosso. Tiene un total de 70 hectáreas. Otras fincas son la de Fernandez, Quattrocchi y Escudero. La mayoría de la población nativa trabaja como chacarera o contratista en estas fincas, y la mitad de la población pertenece a la comunidad boliviana.
En El Paramillo también hay una granja de gallinas ponedoras llamada La Holanda, donde se lleva a cabo la producción industrializada y venta de huevos. También cuenta con cierta variedad de animales exóticos como llamas. En el predio se encuentra una báscula, donde productores de la zona pesan la producción sin ningún costo alguno.
El Paramillo cuenta con un almacén tipo cantina “San Antonio”, el cual se encuentra a cargo de Sonia Claure, quien señala que allí recibe a cuadrillas de trabajadores que vienen a cosechar ajo, cebolla y zanahoria. Los trabajadores le encargan sándwiches y se sientan en la sombra a tomar algún refresco luego de la dura jornada de trabajo.
EL PARAMILLO DESDE HISTORIAS DE VIDA
Una de las personas más antiguas y referente en el lugar es María Aballay, de 71 años. Ella fue quien trajo la imagen de la Virgen Santa Bárbara. Doña Aballay nació en Jáchal y se radicó en la zona en el año 1975. Ella vive en la finca Grosso. Su marido entró a trabajar allí como chacarero y actualmente trabaja al día.
Otros referentes son Rosa Cornejo, de 79 años, y José Oviedo, de 83 años, quienes siempre han trabajado en la zona y viven en el Barrio Paramillo. Son las personas de mayor edad del distrito. Han sido chacareros y contratistas. Ellos destacan la tranquilidad del lugar y advierten penosamente que cada vez hay más máquinas y menos gente para trabajar. Doña Rosa trabaja desde los 9 años “criando chanchos, cosechando ajo, “limpiando la mugre a los ricos”, señala. Señala que aprendió a leer y a escribir ya de mayor edad.
Una de las familias referentes de la comunidad boliviana es la familia Marquez-Vasquez. Jenny Vasquez, es la coordinadora de la comparsa Señor de Pilaya. Hace más de 30 años que reside en la zona. Tiene 55 años y 6 hijos; todos ellos bailan en la comparsa. Su familia es chacarera de Fernandez, en una finca de 50 hectáreas de ajo, cebolla, papa, tomate, melón y sandía, regada con agua de pozo. Como chacareros cobran el 30% de la producción. Los contratistas cobran un salario fijo y el 17% de la producción.
FIESTAS RELIGIOSAS: Santa Bárbara, Señor de Pilaya, Urkupiña y Pachamama
Doña Aballay fue quien impulsó la realización de la fiesta de Santa Bárbara, patrona del lugar. Y es ella quien viste a la virgen. Cuenta que la fiesta comenzó en el año 1988, momento en que estaba el padre Contreras. Recuerda que la primera fiesta la llevó a cabo en una casa de familia y que en muchas fiestas han llegado a venir camiones con más de 100 personas. Actualmente se arman bodegones y se vende comida y bebida.
La fiesta se realiza el 4 de diciembre. La memoria colectiva da cuenta de que esta fiesta y virgen es turca. La virgen fue traída desde San Juan; doña Aballay narra que llegó a lomo de caballo; que unos arrieros la encontraron en medio de una tormenta. Las paisanas de la zona le hacían tejidos. Santa Bárbara es milagrosa de las tormentas, milagrosa para los agricultores.
La veneración al Señor de Pilaya es el 14 de setiembre. La de Urkupiña es el 15 de octubre. Estas fiestas son organizadas por las familias bolivianas. Se llevan a cabo en las fincas y se van rotando el lugar en función de qué familia la toma a cargo. No se realizan solo en Paramillo.
Según la tradición boliviana, la pachamama hay que hacerla todos los años porque si no se hace todos los años, produce efectos negativos.
Para las fiestas se arma un galpón y se donan 4 o 5 vaquillonas y se comparte. Dos meses antes se realiza una reunión para organizar la fiesta y se ponen padrinos. Se llegan a preparar 4000 empanadas, 4 tachos de 100 litros de carne a la olla, 150 cajones de cerveza. Todos los visitantes son donantes, no se vende nada. Para la novena se preparan distintas comidas como picante de pollo, chuño (papa helada picada finitio) y sopa de maní. La fiesta se acompaña de la comparsa.
Según la tradición boliviana, la pachamama hay que hacerla todos los años porque si no se hace todos los años, produce efectos negativos.
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