SUSTENTABILIDAD NATIVA

Cultura campera

“Campear” el campo

“Campero” es el que sale a campear, a recorrer el campo. El campero “duerme donde lo pilla la noche”, se hace un reparo en la ladera del médano, y la arena hace de cueva. En primer lugar ser campero es ser rastreador. Salir a campear es “salir a cortar el rastro”. Es la forma de interacción social posible en el monte, en el cual las distancias entre puestos van de entre cinco a veinte km, y por tanto, el contacto cara a cara es casi nulo. Constituye una práctica que delimita  el espacio de movilidad social, creando un ámbito de identificación, interacción y comunicación social a través de las huellas (las huellas que dejan las personas y los animales en la arena). Se trata de huellas de pisadas y aromas. Las huellas son de todo tipo: de caballo, caminantes, bici y autos. A las huellas que dejan sólo los animales y la gente que camina, se les llama “senderos”.

Es la forma de interacción social posible en el monte, en el cual las distancias entre puestos van de entre cinco a veinte km, y por tanto, el contacto cara a cara es casi nulo. Constituye una práctica que delimita  el espacio de movilidad social, creando un ámbito de identificación, interacción y comunicación social a través de las huellas.

Campear es la tarea de arreo y búsqueda de animales. Para seguir el rastro de los animales se ayudan de una cadenita que es colocada en el animal que le cuelga, dejando su rastro en el camino. También es la tarea de la caza, a ver “si se pilla algo”. El dormir “donde te pilla la noche”, alude en el campo a la cueva que se hace en la arena para dormir sobre la montura; “en las campeadas se duerme sobre los pellones”. Mientras más campero y mejor rastreador se es, más prestigio y valor de líder se atribuye.

Para orientarse en el campo se utiliza los que se llama el lindero, el cual es un palo de unos 6 metros de alto que se coloca en lo alto de cada médano. La gente conoce muy bien cada planta y por las formas de cada una de ellas, de cada arbusto y árboles conocen como seguir el camino. Las marcas las ofrece la misma naturaleza y los nativos las aprenden. La comunicación durante la campeada se da a través del humo y de las formas de los bordos. Los bordos hacen de seña. Los bordos tienen distintas formas, de modo que el que anda campeando se orienta a través de esas distintas formas. Y se hace un humo en el bordo para dar aviso a otros que andan campeando; los distintos tipos de ramas que son quemadas generan distinto color de humo. La zampa genera humo blanco, el fume, humo negro, el usillo, humo azul y esta variedad representa diferentes mensajes: que se está en un determinado lugar, que se halló un animal, para indicar que alguien se perdió y para indicar dónde van los animales, cuando se corre a los animales ariscos, etc.

Asado campero

Salir a campear es salir a encontrarse con la imprevisibilidad del universo. Es decir, es un andar que conecta con el mundo de lo Otro y que por tanto, conecta con la religiosidad. Salir a campear es merodear y ver qué pasa, qué acontece, si pasa la luz mala, si aparece algún evento imprevisible, con la expectativa siempre de que algo suceda. No importa qué. Aquí lo relevante es la imprevisibilidad de la aparición.

El campo está acechado por luces distintas. Se encuentra la “luz mala”, la “luz buena”, que es la luz que guía, que te orienta y la “luz campera”, la luz que te desorienta porque “si uno la mira, uno se pierde”.  Según narran los nativos y las nativas en las taperas, se ve con frecuencia la “luz azul”, la cual sale de la tierra y se eleva. Cuentan que esa luz indica la presencia de tesoros, de elementos de oro y plata, que en el lugar donde aparece hay que clavar un cuchillo y allí cavar un pozo. 

En el campo las casas se construyen en las laderas de médanos, previendo del agua. Cuando llueve, los ramblones se llenan de agua. Los asaditos se arman con lo que hay: por ejemplo armando un brochette con palo de jarilla el cual se coloca en dos horquetitas de jarilla también.

La pialada-Junta/recogida de animales-campeada

Las campeadas constituyen desplazamientos por parte de la población asociados a los requerimientos de la actividad del campo, del cuidado de los animales. Puede ser individual o colectiva. La “junta de animales” o “pialada” es una actividad colectiva a través de la cual se junta el ganado para su marcación y señado y para efectuar la vacunación. La “pialada” consiste en enlazar las dos patas traseras o delanteras para marcar al animal. Enlazan así al animal mientras están corriendo para detenerlo y tirarlo al piso. Cuando se determina la fecha para hacer la recogida de animales, la juntada se hace entre todos. Pueden durar de tres días hasta dos semanas.

Las campeadas duraban entre una y dos semanas y llegaban a congregar alrededor de 20 camperos o más, es decir, unos 20 puestos.  La campeada implicaba el establecimiento de un itinerario puesto por puesto; se iba pidiendo permiso en cada puesto para ir juntando a los animales y luego ir llevando el arreo al Cola Mora, que era el puesto base donde se hacía la pialada, la marcada, la señalada y la vacunación. Se llegaban a juntar hasta 300 vacas. Al final de este proceso cada uno apartaba lo que era suyo y se compartía un asado acompañado de vino casero, de guitarras, de baile, de cuentos y payadas; a este cierre asistían todas las familias completas y la fiesta con guitarreada duraba unos dos días.

En la actualidad la recogida de animales se lleva a cabo en el puestoRamblón de la Zampa”, también llamado “La Palmera”. Esta campeada de vacas se realiza el 1° de mayo de cada año. Si hay agua en el campo “se campea” 4 o 5 días según los camperos que se junten y se hace la vacunación. En esta campeada se juntan alrededor de 150 vacas. Al evento se acercan diferentes guitarreros de la zona y se baila cueca y gato.  La familia anfitriona, liderada por Paola Chacón y Ramón Lucero, arma una cantina. Se carnea para vender, se vende pasteles y se prepara carne a la olla para compartir.

Al evento se acercan diferentes guitarreros de la zona y se baila cueca y gato.  La familia anfitriona, liderada por Paola Chacón y Ramón Lucero, arma una cantina. Se carnea para vender, se vende pasteles y se prepara carne a la olla para compartir. 

La pialada es sólo para hacienda. Puesto que las vacas se van a “campo abierto” y no vuelven; hay que ir a buscarlas. En cambio las cabras son “majada al rodeo”, vuelven al corral en el día, a la puesta del sol. A veces, como afirma Florencio, “hay que seguirlas un poco, pegarles un grito” pero vuelven.

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